La voz aymara “Desde el inicio de los tiempos”

El sueño es el comienzo de la realidad. Desde el inicio de los tiempos, los Andes proyectan los mensajes para este tiempo.

Los sariris son los caminantes/ mensajeros de Los Andes al mundo que equilibran el flujo energético de los visible con lo invisible. Desde hace miles de años, generaciones tras generaciones, emprendieron viajes para llevar el mensaje de Los Andes, recorriendo continentes enteros.

                                                                   
Bolivia – nevado Illimani (Achachila o Abuelo Ancestral)

Hoy, el rol de seguir llevando la sabiduría andina continua, más aún en este tiempo de transición, donde la esperanza es la luz en el horizonte de nuestras vidas. Los abuelos y las abuelas de Los Andes, custodios de las sabidurías ancestrales, comparten las enseñanzas a través de los sariris.

                                                                                             
Cinturón de Orión

Este tiempo es para restablecer los ayllus, comunidades efectivas de estructura horizontal. Es tiempo de que las comunidades reestablezcan la armonía en esta época de cambio, no solamente a nivel humano, sino a nivel universal o “multiversal”. Nuestra Madre Tierra está en una ceremonia de reacomodo a las nuevas energías, por lo tanto, nosotros y nosotras también debemos entrar en esta ceremonia mágica de conexión de nuestra Pacha Mama. ¡Jallalla!

En Los Andes, existen varias familias con diferentes roles- entre ellos:  
Los yatiris, sabios
Los amawtas, filósofos
Los sauris, los tejedores que poseen la magia de la escritura de la vida
Los luriris, los que hacen que las formas de expresión de vida existan
Los sariris, los caminantes/mensajeros de Los Andes

Por lo tanto, los abuelos y las abuelas nos dan una primera tarea, que es la de crear comunidades en el lugar que estamos, donde se vivencie la vida en comunidad en base a nuestros valores ancestrales y eternos, cuales son:

  • El ayni, el principio de entender que la vida es complementaria entre todas las formas de existencia.
  • Minka, la ayuda permanente.
  • Tumpa, la comunicación entre todas las comunidades.
  • Taypi, los centros de irradiación.
  • Chuyma, el principio donde se completa con perfección la energía del hombre y de la mujer (chacha – warmi).

Restablecer la fuerza ancestral en nosotros no significa el retorno al pasado; es restablecer los principios y valores eternos del Multiverso. Por lo tanto, debemos trabajar en el respeto, la ayuda, la comunicación, la armonía hombre – mujer, el agradecimiento constante.

                         
Parlamento Amawta de Warisata – Bolivia
Se reunía al comienzo en plena pampa, antes de la construcción de los edificios de la Escuela Ayllu (1931)

El pueblo aymara anuncia que este tiempo de cambio nos anticipa el brillo mayor del sol en nuestros corazones.

Chuymampi Jan Asjarasiña[1], con todo el sentimiento y sin temor.

Chuymampi: con todo el sentimiento. Tenemos la fuerza del secreto de la vida; somos uno solo en la aparente dualidad; las formas se expresan como una sola y van en un permanente viaje hacia la inmortalidad, a la conciencia.

Jan Asjarasiña: sin temor al cambio.

¡Jallalla! que se restablezca el orden universal, el orden primero, lo visible y lo invisible.


        [1]  Saludo ancestral aymara